Todo lo que das

Dios nos dice en su Palabra que debemos amar al prójimo como a nosotros mismos. Pero me pregunto si hemos entendido bien. Porque no se trata de amar sólo a quienes seleccionamos como prójimo.  Sino de amarnos los unos a los otros sin prejuicios.

Estoy convencida de que si todos pudiéramos dar con generosidad y alegría al que lo necesita, sin esperar nada a cambio, este mundo sería más feliz. Recordando que sobrepasa lo material y llegar a lo emocional.  Un simple detalle, una palabra de aliento, una sonrisa, un abrazo, un simple saludo tiene el poder de alegrar y cambiar completamente el día y la vida de alguien.

No dejes para mañana palabras que sientes hoy. Quiere. Abraza más a menudo. Aún sin motivo alguno. Si en ocasiones sientes que das más de lo que recibes, quiero que recuerdes que aunque duele, porque sí que duele, Dios nos dice que es mejor dar que recibir. Porque es en el dar donde se refleja el carácter de Cristo. Porque el dar es un acto de Gracia y por lo tanto otorga, mas no evalúa méritos. No condiciona. Pero el dar no puede ser un acto forzado. Como hijos de Dios, el dar está en nuestra naturaleza espiritual recibida de Jesús. Somos bienaventurados al dar aunque no recibamos. Y es bueno saber también, que al final, aunque no lo veamos ahora, todo lo que sembramos cosechamos. 

Todo lo que das, vuelve a ti.